2da Timoteo 2:13

Si fuéremos infieles, él permanece fiel;
El no puede negarse a sí mismo.

Dios es fiel. La fidelidad es uno de los atributos más maravillosos de Dios, garantiza la certidumbre de todas sus promesas, evidencia Su invariable determinación de amarnos y bendecirnos. Su fidelidad es incuestionable.

Conocer la fidelidad de Dios en cuanto a Sus bendiciones implica corresponder a Su voluntad. Cuando Dios creó al hombre, lo hizo para permanecer en relación con él, pero la desobediencia apartó al hombre de Dios. Desde entonces, toda la historia de la humanidad ha sido acerca de Dios buscando al hombre, para volver al propósito inicial. La influencia del mal echó a perder el plan de Dios y con ello, la calidad de vida que Dios quería para el ser humano. Todas las generaciones se apartaron de la comunión con Dios, dejándose llevar por malos deseos, los que a su vez hacen ver imposible el cumplir con el buen deseo de Dios en nuestra conducta.

Sin embargo, a pesar de la infidelidad del ser humano, Dios permanece fiel, como lo dice el apóstol Pablo en 2da. Timoteo 2:13: «Si fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo». Dios no paga con la misma moneda, porque Él es Santo, Él no peca, Él no hace lo malo. La infidelidad es una transgresión de la confianza, de lo establecido, de las normas. Esto hace implícito el hecho de que la fidelidad de Dios, que es superior a toda clase de fidelidad, establece reglas que se cumplen, muy a pesar de lo que podamos creer o aceptar.

Deuteronomio 7:9 dice que Dios guarda Su pacto y Su misericordia a los que le aman y guardan Sus mandamientos.

En 1ra Samuel 2:35 Dios declara que levantará para Sí un sacerdote fiel que hará conforme a Su corazón y a Su alma, refiriéndose al profeta Samuel.

Nehemías 9:7-8 dice que Dios encontró fidelidad en el profeta Abraham, y por ello estableció Su pacto con él.

La fidelidad además es recompensada con autoridad y dominio, con prosperidad y abundancia de bienes, pues el que es fiel en lo poco, también lo es en lo mucho, como lo dice Mateo 25 en los versos 21 y 23; Lucas 16:10; y Lucas 19:17.

Fidelidad es también permanecer en una misma enseñanza y práctica de la verdad y la justicia; tal como actuaba el joven Timoteo, según lo describe el apóstol Pablo en 1ra Corintios 4:17.

Y en relación al perdón, no es que Dios perdona todo y que todos los seres humanos, aún practicando la maldad, seremos recibidos por Él en el cielo para vida eterna. La fidelidad de Dios, conforme a Su Palabra, es que si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Así lo dice 1ra Juan 1:9. Tal como se expresa el apóstol Juan, el perdón de pecados implica confesión y arrepentimiento, y luego de ello, un compromiso a vivir limpiamente, según la voluntad de Dios.

Así como estos versos lo expresan, hay muchos otros que revelan que la fidelidad de Dios se muestra bajo Sus reglas. Si somos fieles, Él cumple Sus promesas de bendición; pero si somos infieles, Él determinó un castigo para la transgresión. Es decir, aún el castigo y la disciplina son evidencias de la fidelidad de Dios, porque Dios es justo, y recompensa a cada uno según sus obras.

Debemos reconocer, entonces, que recibir las bendiciones prometidas por Dios en Su Palabra, depende en absoluto de nosotros, de cómo vivamos, de cómo actuemos, de lo que decidamos; porque conforme a ello Dios cumplirá lo que ha establecido. Dios no cambia (Malaquías 3:6), ni Su carácter, ni Su amor cambian. Dios muestra Su amor al ser humano por medio de Cristo, pero los que rechazan a Cristo, rechazan a Dios, y por ende, todo lo que Dios quiere darles. En realidad Dios no quiere la condenación del ser humano, pero también en eso Él es fiel, por cuanto estableció el principio de la redención por medio de Su Hijo Jesucristo, como lo dice en Juan 3:19; que la condenación es amar más las tinieblas que la luz; es decir, negarse a recibir al Señor Jesucristo, que es la luz verdadera, y seguir en el pecado, que es muerte y oscuridad.

Conocer el principio y significado de la fidelidad de Dios nos debe motivar a ser fieles, como Él es fiel. Fieles a Él, a Su Palabra, a Su voluntad; corresponder a Su amor viviendo una vida de buenas obras, deseando alcanzar todas Sus promesas. Y aunque en esta vida no conozcamos la plenitud de una vida de riquezas, la mayor fortuna de un creyente es la vida eterna.

Aprendamos a discernir la fidelidad de Dios. Que nadie nos confunda, una mala interpretación puede llevarnos a una vida de infidelidad, que no agrada a Dios y que nos pone en peligro de condenación eterna. La poca profundidad en el entendimiento de la fidelidad de Dios, y la falta de determinación a una vida fiel a Él nos asemejan a todas esas personas conocidas por medio de la Biblia que fueron desechadas por Él, como el rey Saúl, Ananías y Safira, Caín, Judas; y todos los que habiendo conocido la verdad se apartaron de ella.

Creo firmemente que Dios cumplirá todas Sus promesas de bendición y vida eterna a quienes procuren con diligencia ser hallados fieles, y en cuanto a mi, quiero estar en esa lista. ¿Qué hay de ti? ¿Qué decides? Te invito a vivir una vida fiel a Dios y a Su Palabra.