Salmos 91:1-8
El que habita al abrigo del Altísimo
Morará bajo la sombra del Omnipotente.
Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;
Mi Dios, en quien confiaré.
El te librará del lazo del cazador,
De la peste destructora.
Con sus plumas te cubrirá,
Y debajo de sus alas estarás seguro;
Escudo y adarga es su verdad.
No temerás el terror nocturno,
Ni saeta que vuele de día,
Ni pestilencia que ande en oscuridad,
Ni mortandad que en medio del día destruya.
Caerán a tu lado mil,
Y diez mil a tu diestra;
Mas a ti no llegará.
Ciertamente con tus ojos mirarás
Y verás la recompensa de los impíos
El Salmo 91 no es un amuleto de buena suerte, no es un instrumento para evitar las acciones del mal en sí mismo; y lo menciono porque muchos usan este Salmo como un amuleto, para que los malos espíritus se alejen; ponen imágenes o cuadros con este Salmo en la casa, o abren la Biblia en este Salmo y lo pone en una mesa o repisa en la sala o en la habitación. Muy probablemente si usted llega a una casa y ve una Biblia abierta, será justamente en este Salmo. Se cree que al tener este Salmo visible, los males que se mencionan ahí no llegarán hasta el lugar, ni atacarán a las personas que habitan esa casa. Pero esto es una mala interpretación, una practica inapropiada, puesto que al hacer así se pone la confianza en el Salmo, y no en Dios, o en la obediencia a lo que el Salmo dice.
Este Salmo revela los peligros de los que son librados aquellos que habitan en la perfecta voluntad de Dios, que habitan en la presencia de Dios, que moran bajo la sombra del Omnipotente. Pero también menciona los beneficios o las bendiciones que reciben los que mantienen una perfecta comunión con Dios. El verso 2 indica que la persona que recibe todas las bendiciones y la protección divina que se describe acá, testifica con sus labios que Dios es su esperanza, es su castillo, es en quien ha puesto su confianza. ¿Puedes tú decir eso de Dios, pero de una forma en que sea más que repetirlo? ¿Es Dios tu esperanza? ¿Es Dios tu castillo? ¿Es Dios en quien has puesto tu confianza?
Cuando Dios es tu esperanza, sabes que las promesas se cumplirán, sabes que no importa el tiempo que pase, las cosas todas van a obrar para bien. Cuando Dios es tu esperanza, sabes que Él actuará de forma oportuna en el momento preciso. Si Dios es tu castillo, sabes que en Dios está tu seguridad. Imagina un castillo para poder entender esto. Se trata de una edificación segura, alta, de muros resistentes, pero además está provisto de toda clase de bienes, de cosas útiles y de comodidades. Un castillo está hecho para resguardar a la persona que habite ahí, quien generalmente será una persona del linaje real. Así eres tú para Dios, del linaje real.
Los que han puesto su confianza en Dios no dependen del dictamen médico, de los pronósticos, del dinero o de las circunstancias. Cuando nuestra confianza está puesta en Dios sabemos que Él tiene el control de todas las cosas. Los que confían en Dios permanecen firmes. Siendo David un jovencito sin experiencia militar, enfrentó a un hombre de guerra unos metros más alto que él, no por sus habilidades sino porque su confianza estaba puesta en Dios.
El que habita en la presencia de Dios puede decir que Dios es su esperanza, que Dios es su castillo, que en Él ha puesto su confianza. Y cuando esto se hace verdad en nuestras vidas, recibimos protección y bendición. Veamos con detalle algunos de estos beneficios.
Él te librará del lazo del cazador
Cuando el cazador sale a cazar, prepara trampas para su presa. Acomoda cuerdas con mecanismos para atrapar lo que desea. Esta es la representación que el salmista hace de las personas que maquinan estrategias para hacer caer en trampas o faltas a los hijos de Dios. Esas cuerdas, esos lazos, pueden ser palabras engañosas, palabras lisonjeras, pruebas falsas, calumnias, cualquier cosa que comprometa la integridad de los que confían en Dios. Pero Dios los libra de ellos. Puede que no tengas idea de cuántas veces Dios te ha librado de los lazos de malvados que quieran destruirte, o puede que sí, y reconozcas que no fue con tus propias fuerzas que lograste salir bien librado de tal situación.
Él te librará de la peste destructora
Una de las promesas protectoras de Dios es ser librado de toda peste destructora. De tiempo en tiempo surgen pestes que afectan a miles de personas al mismo tiempo, y que incluso pueden llegar a ser mortales. Pero Dios promete librar de estas pestes a quienes habitan en Su presencia. Pestes destructoras pueden ser la malaria, el sarampión, el sida, pero también puede ser la depresión, la infidelidad, el divorcio, el desempleo, que no destruyen la salud necesariamente, pero sí destruyen la paz, la tranquilidad, a la familia. Dios nos libra de toda peste que destruya, por cuanto estamos dentro de Su castillo, por cuanto habitamos en Su presencia.
Él te cubrirá con sus plumas, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad
Como un ave que cuida de sus crías, así Dios cuida de Sus hijos. La protección de Dios es para defendernos de toda persona malintencionada, pero también para protegernos de toca clase de peligros que asechen alrededor: de accidentes, de robo, de agresiones, de desastres. Aunque contamos con esa protección, es tan sutil y efectiva que parece suave a nuestro alrededor como plumas. La mayoría de las veces los polluelos ni siquiera advierten que están en peligro, pero para las mamás aves, es indispensable estar alerta y defender a los pequeñines, protegerlos, cuidarlos. Del mismo modo somos protegidos por el Todopoderoso, así no nos percatemos de algo malo que nos pueda acontecer.
Así como la protección de Dios es como un muro de contención, como una barricada levantada para nuestra seguridad; la verdad de Dios es el escudo que impide cualquier impacto del enemigo en nuestras vidas. Es la verdad de Dios la que nos defiende efectivamente, Su verdadero poder, Su verdadera misericordia, Su verdadera justicia. Dios es el único dios verdadero, y todos Sus mandamientos fueron también dados a los seres humanos para que conozcamos la verdad.
No temerás el terror nocturno, ni saetas, ni pestilencia, ni mortandad
Los que habitan en la presencia de Dios duermen tranquilos, tienen un sueño que trae descanso. No suelen padecer de insomnio, ni trasnochan pensando en problemas, porque han puesto su confianza en Dios. Como son personas íntegras, no corren el riesgo de que les lleguen amenazas de noche, hechas con violencia, tratando de avergonzarlos o amedrentarlos. Los terrores nocturnos son los sustos, los accidentes, la violencia, la muerte, son todas las cosas se que practican de noche y que asechan contra la vida, la salud y la paz. Por la noche operan los perversos, los que practican el ocultismo, el satanismo, los ladrones, los malvados. Ellos siembran el terror con su maldad. Pero los que habitan en la presencia de Dios no andan preocupados, y duermen tranquilos, porque saben que ante cualquier peligro, Dios sale a defenderlos, incluso, sin necesidad de despertarlos.
También en el día hay peligros, el salmista menciona las saetas, porque estas pueden ser lanzadas de día, para tratar de asegurar el blanco. Las saetas pueden ser chismes, ofensas, calumnias, pueden ser planes perversos en contra de los hijos de Dios, pero tenemos la promesa de que seremos librados de toda saeta lanzada en contra nuestra, por eso no debemos estar temerosos de lo que se dice de nosotros o de los planes que tengan en contra de nosotros. También contamos con protección de toda pestilencia que ande en oscuridad. La pestilencia son los olores desagradables que provienen de lugares donde hay elementos en descomposición o en estado de putrefacción. Quiere decir que Dios nos va a evitar incluso las cosas desagradables, las personas desagradables, las situaciones vergonzosas, los eventos bochornosos. Seremos librados tanto de los eventos como de las personas que causen pestilencia a nuestro alrededor.
En esta lista de beneficios se encuentra el no temer a la mortandad repentina. El medio día representa la mitad de la vida, o las cosas que están en proceso. Muchas son las personas que mueren jóvenes, la mayoría por accidente. Hoy en día mueren más los jóvenes que los adultos, aún de enfermedades. La protección divina incluye ser protegido de la muerte repentina, inesperada, antes de tiempo. Pero no sólo la mortandad física, sino también la muerte de proyectos, de emprendimientos, de planes. Podemos incluir en esta lista que la protección divina evita divorcios, suicidios, quiebra, embargo, y toda clase de eventos que dejen a medias la familia, el patrimonio, los sueños, los estudios, etcétera.
Dios nos asegura protección tanto durante el día como en la noche. No hay relevo, no hay vacaciones. No hay un momento en que quedemos fuera de la protección de Dios, si es que permanecemos habitando en Su presencia.
Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará
Como no todos los seres humanos se interesan por habitar en la presencia de Dios, no cuentan con la protección divina. Así que al rededor nuestro, serán muchos los que reciban los males aquí descritos, no porque sean malos necesariamente, sino porque no tienen a Dios como su escudo, como su castillo, como su esperanza. Las cosas que vemos que acontecen a las personas a nuestro alrededor, muchas de ellas son planeadas por Satanás, pero otras son resultado de la negligencia, de la imprudencia, del descuido y la desobediencia. En definitiva, seremos librados de todos esos males si habitamos en la presencia de Dios, pero no habitar en Su presencia nos expone a todos estos peligros; a pestes, saetas, mortandad, pestilencias, lazos, plagas, etc..
Ciertamente con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los impíos
Aunque hayan quienes quieran hacerte algún mal, no lo van a lograr, porque es Dios quien te defiende. Al contrario, tú verás cómo los impíos reciben el daño que planearon para ti. Los veras despedidos, avergonzados, despojados, encarcelados. Las maldades que hicieron en tu contra no tendrán efecto sobre ti, pero sí sobre ellos mismos. No es algo que debas pedir, simplemente ocurrirá aunque no quieras, porque Dios vengará tu causa. Lo que Dios pide de nosotros es que oremos por quienes nos hacen daño (Lucas 6:28), nosotros no debemos pedir el mal de nadie, pero Dios en Su justicia opera de formas extraordinarias. Cuando alguien planea hacer lo malo en contra de un hijo de Dios, que habita en Su presencia, Dios sale a su defensa y actuará con poder, para demostrar al enemigo con quién se ha metido.
Continuemos mañana analizando verso a verso este Salmo. Reitero que el Salmo por sí mismo solo declara lo que Dios hace en la vida de quienes habitan en Su presencia. Si quieres todos estos beneficios debes preparar tu vida de modo que cumplas los requisitos que hemos mencionado en los devocionales anteriores. Contar con semejante protección es más impactante y efectiva que el servicio secreto, la CIA y el FBI operando juntos en tu defensa y seguridad.