Génesis 2:18
Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.
Si lees el relato de la creación detenidamente te darás cuenta que hay en realidad dos relatos. Uno trata de contar cronológicamente la obra creadora, el otro muestra los detalles de la parte final de la creación. Nada en la creación fue fuera del plan de Dios. Por eso, es necesario considerar que los detalles revelan los propósitos del plan principal, y procurar con diligencia volver al diseño original.
En el Génesis 1:27 la Biblia afirma que Dios creó al hombre y a la mujer, ambos a Su imagen y a Su semejanza; y a ambos bendice con las mismas bendiciones en los siguientes dos versículos. Pero en el 2:7 se describe cómo Dios hizo al hombre, y luego del 21 al 22, cómo hizo a la mujer. Estos son detalles de la misma obra creadora.
Ahora bien, te sonará raro esto, pero Dios no es hombre, y tampoco es mujer, pero tanto el hombre como la mujer fueron creados a Su imagen y a Su semejanza. La visión de un Dios hombre o masculino se basa en ideologías y pensamientos que han gozado de aceptación por generaciones, pero lo cierto es que Dios no tiene género, es espíritu y no carne. A Dios no se le puede asignar un género más que el divino. Dios implantó en el ser humano Su identidad, todos provenimos de Dios a partir de Adán y Eva.
Sin embargo, sí es cierto que Dios hizo primero al hombre, y que lo puso a trabajar el huerto que le había creado. La primera tarea que asignó Dios al hombre fue dar nombre a los animales. Y llegó un momento en que el primer hombre notó que todas las especies estaban formadas por macho y hembra, pero él no tenía su contra-parte. Así que Dios le hizo caer en profundo sueño, le sacó una costilla, cerró la carne en su lugar, e hizo una mujer. Hizo un ser semejante a él, pero de género femenino. Hizo una mujer con un hueso que era parte de sí. Y creo que más que por el sentido de pertenencia o propiedad, era por el sentido de igualdad, es decir, de ser uno, de pertenecer a la misma raza humana.
Dios no hizo dos muñecos de barro, sino sólo uno. Y a éste, hecho hombre, le dio tareas, responsabilidades. Luego, de la costilla formó a la mujer, ya no del barro, pero sí descendiente del primero, el cual fue formado con barro. Formó a la mujer cuando el primer hombre se había dado cuenta que algo faltaba. Aunque sin dudar, ya estaba en el plan de Dios.
El hombre y la mujer no son dos, sino uno. Fueron creados por Dios, con propósito. Fueron diseñados para la unidad, para la familia, para la procreación, pero también para la multiplicación, para el gobierno, para la administración de todo lo demás en la creación. Un hombre y una mujer dieron origen a toda la existencia humana. ¡Vaya tarea!
Aunque cumplieron en su misión de llenar la tierra, fallaron en la de gobernarla. Conocemos la historia, y sabemos que no mucho tiempo después el pecado entraría en el mundo en forma de desobediencia; sutil, pero peligroso; y que pasaría el mundo a ser gobernado por el mal. A pesar de tal desacierto, resalto hoy el propósito de la creación del hombre y la mujer. Dios quería que fuesen ambos el uno para el otro. Dios planeó la vida en pareja para el ser humano. Y estableció con ello los principios de la vida conyugal.
Primeramente Dios asignó al varón la tarea de trabajar. El trabajo no es un castigo, sino una bendición. Y el papel de la mujer es ser ayuda, pero vaya que eso no es poca cosa, como muchos creerán. Es posible que hasta aquí me tildes de machista, pero no lo soy, y tampoco feminista. Trato de ver la vida y contemplarla a los ojos de las Sagradas Escrituras, y pido al Espíritu Santo discernimiento para descubrir lo que no se lee de corrido, lo que no está en las letras, pero sí en el espíritu de las palabras.
Retomo el punto: la mujer es la ayuda del hombre, un ser con la misma bendición, con el mismo creador, un ser semejante, pero único, diferente. Si Dios hubiera hecho a otro hombre, habrían sido iguales. Si Dios le hubiera permitido de compañía un animal cualquiera, eso sería abominación, y para nada se cumpliría en ambos ejemplos la procreación. Pero Dios hizo a la mujer con la capacidad de ser ayuda, y nadie puede ayudar si no está en condiciones de ayudar.
El diseño de la mujer a los ojos de Dios es más que complemento, es relación. El hombre no estaba sólo, pero ninguno de los seres que le acompañaban antes de que la mujer fuese creada le causaría tal emoción, confianza, cercanía, al punto de ser una sola carne. A partir de aquel primer encuentro se declara por primera vez que el hombre dejaría a sus padres para unirse a su mujer y ser uno con ella (Gn. 2:24). Esto conlleva la responsabilidad de saber vivir juntos, no sólo en los aspectos materiales como casa, alimentos, recursos, sino igualmente importantes, los aspectos emocionales: convivencia, emociones, relaciones, experiencias.
Aunque no se escribe literalmente, este es el primer matrimonio, la primera pareja casada. Ellos recibieron la bendición directa de Dios para estar juntos, para ser uno. Hoy en día el matrimonio ha sido devaluado, pero fue de las primeras cosas que hizo Dios en las relaciones del ser humano. Con papeles o sin ellos, el matrimonio fue diseñado para consagrar la unidad entre un hombre y una mujer. Y ello conlleva serias responsabilidades, y para empezar, cada cosa debe estar en su lugar; el hombre debe ser hombre y la mujer debe ser mujer. Dios no los hizo niños, ni adolescentes, sino hombre y mujer.
Estos son los aspectos que destaco de la creación de Dios en cuanto al matrimonio:
- Dios estableció que el matrimonio es para personas capaces de estar juntas, personas adultas (maduras) que entendieran la responsabilidad de estar casadas.
- Dios estableció que el matrimonio es entre un hombre y una mujer.
- Dios bendijo tanto al hombre como a la mujer para que juntos pudieran fructificar, gobernar, señorear, sojuzgar, etc.
- Cuando Dios creó al ser humano, sometió todas las cosas creadas tanto al hombre como a la mujer, pero no sometió a ninguno de ellos entre sí.
- Dios consideró que no es bueno que el hombre estuviera sólo, y le dio trabajo, para que entendiera que el trabajo no sería su compañía ideal; para luego formar de él a la mujer.
- La primera mujer viene de la costilla del hombre, pero todos los demás hombres después de él, vienen del vientre de la mujer.
- Dios diseñó a la mujer capaz de ser ayuda idónea. Uno puede tener muchas ayudas, pero para encontrar esposa es necesario saber si es ayuda idónea. Bajo esta premisa creo que la persona idónea para ser la pareja es aquella que nos mejora, que nos ayuda a ser mejor cada día.
- La unidad es la principal característica de una relación correcta. Unidad no necesariamente es pensar igual, pero sí perseguir cada uno el bien del otro.
- Una adecuada relación de pareja se establece en la convivencia sana, la cual implica la separación con los padres de ambos, ya que al unirse, forman una nueva familia.
- Y finalmente, aunque no menos importante, una pareja con una relación adecuada no siente vergüenza entre ellos, mas bien se producen otras respuestas tales como respeto, admiración, confianza, sinceridad, entre otros.
Una relación correcta nos lleva a descubrir lo mejor del otro y a desarrollar lo mejor de nosotros. Pero en cuanto a los defectos, sólo el amor verdadero nos da la facultad de sobrellevar esos detalles o de esforzarnos en corregirlos sabiamente. Si todos escribieramos del amor, escribiríamos cosas diferentes, pero creo que podemos hacer frente común, y afirmar con vehemencia que es el anhelo de todos encontrar esa persona adecuada con quien pasar el resto de la vida, experimentando el amor en todos sus matices. ¿Y sabes por qué? Porque fuimos diseñados para la vida en pareja.
Las sociedades necesitan volver al diseño original. La familia es una especie en peligro de extinción. Convertimos del matrimonio una moda, pero las modas pasan, ahora lo de moda es el divorcio o la unión libre, pero ninguna de estas cosas son parte del diseño original de Dios. A solas soñamos con encontrar a la persona ideal, pero expuestos a las relaciones no nos arriesgamos por temor al fracaso.
Si no estás en edad de casarte, no te apures. Estudia, trabaja, has amistades verdaderas. Pero no temas a enamorarte. El amor rompe todos los esquemas, y si lo haces parte de tu vida, fluirá naturalmente, y será lo que debe ser.
Si ya estás con alguien, valora a esa persona, redescubre todo aquello que una vez te enamoró. No dejes que se apague la chispa, la gracia, el sentimiento. No busques que te ame, ama incondicionalmente; y verás que la respuesta es siempre lo que das.
Si ya no estás con quien amas, bueno, ¿qué te diré? Es necesario pensar, sanar, seguir. No es recomendable empezar una relación cuando el corazón no está bien.
Dios nos hizo para las relaciones. Nos hizo seres relacionales, capaces de amar y de ser amados. Mientras más te acercas al diseño de Dios para tu vida, mejor entenderás acerca de las relaciones, del amor, del matrimonio, de la familia. Si tienes preguntas al respecto, la Biblia está llena de respuestas. Si te animas, puedes escribirme y compartir tu opinión sobre este tema.
Celebro que Dios nos haya creado para la vida en pareja. Espero que te esté yendo bien, de lo contrario, te aconsejo que busques al Creador de todas las cosas, de seguro que Él sabe cómo reparar lo que no esté bien, especialmente si se lo pides. ¡Bendiciones!