Gálatas 5:9

Un poco de levadura leuda toda la masa.

La frase «un poco de levadura leuda toda la masa», citada en Gálatas 5:9, contiene mucho significado, muy profundo y verdadero. Se puede abordar de forma positiva o de forma negativa, para demostrar el efecto de la levadura, según su tipo. La levadura es una sustancia que produce la fermentación de otra. Por ejemplo: la levadura del pan hace que éste crezca más allá de la forma que se consigue sólo con la masa de harina.

El Señor Jesucristo enseñó usando la comparación con la levadura, tanto de forma negativa como de forma positiva. Cuando habló acerca de los fariseos en Lucas 12, les dijo a Sus discípulos que se guardaran de ésta levadura, es decir, de repetir el ejemplo de los fariseos en su hipocresía y legalismo. Pero en Mateo 13:33, Jesús enseña que el reino de los cielos es como la levadura que una mujer tomó y escondió en tres medidas de harina, explicando que el reino de los cielos no es algo visible a los ojos, sino que está oculto, escondido, pero es lo que le da crecimiento a la verdadera plenitud de vida, como la levadura a la harina.

En ambos aspectos, lo cierto es que hay elementos que surten el efecto de la levadura, pero en las áreas emocionales y espirituales, además de las naturales. Un poco de azúcar a una taza de café le cambiará su sabor amargo. Además, si no se le echa sal a algunas comidas, será desagradable comerlas. El pan sin levadura, sigue siendo pan, pero no crece.

Nuestra vida debe ser acompañada de ciertas levaduras que ayudan al crecimiento en algunas áreas. Algunas levaduras son la motivación que recibimos de otros, la determinación para alcanzar algo, el amor que nos mueve hacia un objetivo, la desesperación que nos impulsa irracionalmente, el odio que busca venganza, o la tristeza que deprime.

Es necesario que identifiques las levaduras en tu vida, a fin de evitar la mala levadura y procurar la buena levadura. Las buenas influencias, las motivaciones nobles, los consejos útiles, los principios y valores, entre otros, son levaduras indispensables. Sin embargo, debes identificar si careces de ellas, y procurarlas diligentemente. De igual manera, debes identificar y evitar las malas influencias, las motivaciones destructivas, los consejos malos, los vicios y malos hábitos que pueden leudar negativamente tu vida.

Es difícil reconocer la mala levadura cuando nos acostumbramos a ella, porque la consideramos normal. Sin embargo, ciertamente, y con el uso de la consciencia, es decir, la razón, podemos identificarlas. No todos estamos acostumbrados al cambio, y menos si nos encontramos en nuestra zona cómoda, o cuando no hay ninguna motivación para cambiar. Pero cambiar la levadura mala por una buena dará como resultado el crecimiento de las cosas buenas.

El Señor Jesucristo enseñó que el árbol se conoce por su fruto, si un árbol da manzanas es porque es un árbol de manzanas. Pero además aclaró que si el árbol es malo, el fruto también es malo, y si el árbol es bueno, también el fruto será bueno. Este principio también se puede aplicar a la levadura. De modo que si la levadura que hay en nosotros es mala, nuestra vida será de maldad, pero si la levadura es buena, haremos el bien y produciremos cosas buenas.

Consideremos además la proporcionalidad de los elementos. Sólo se necesita un poco de levadura para afectar toda una medida de harina, del mismo modo, tolerar un poco de maldad hace que en realidad seamos malos. Un poco de ira puede desencadenar todo un escándalo. Un poco de tristeza puede detener nuestros más grandes anhelos, manteniéndonos en la inactividad. Un poco de miedo nos puede paralizar ante los desafíos de la vida. Un poco de envidia puede destruir la relación con otras personas. En cuanto a la buena levadura, esto también es así, sólo se necesita una cantidad menor que hará crecer el resto. Un poco de amor puede provocar las acciones más nobles. Un poco de alegría puede contagiar a otros que estén tristes y animarlos. Un poco de fe, del tamaño de la semilla de mostaza, puede hacer lo imposible.

Nosotros determinamos la clase de levadura que aplicamos a nuestra vida. Podríamos hacer combinaciones raras, intentando mezclar lo bueno con lo malo, pero al final, uno de ellos predominará más. Es necesario, entonces, que te decidas por la clase de levadura que quieres que leude tu vida, tus pensamientos, tus emociones. Yo voto por la buena levadura. ¿Y tú?